Para decir algo en los momentos incómodos. Os traigo un tema para que podáis hablar un día de esos en los que no surge conversación o necesitéis romper el hielo, esos silencios incómodos, ese carraspeo, miradas al infinito…
HOY: De cuando el chocolate llegó a Europa y al resto del mundo
El chocolate que hoy tomamos no es el mismo con el que los antiguos pueblos prehispánicos lo consumían. Aunque, realmente, para ellos era otra cosa.
¿Sabías que los olmecas y mayas utilizaban el cacao para cultos y ofrendas a los dioses? ¿O que los aztecas lo utilizaban como moneda de cambio? Esto último es apasionante, pues se trataba de un pueblo que comerciaba y utilizaba sus técnicas para conseguir todo aquello que les hacía falta o que, simplemente, querían intercambiar. Para ello, utilizaban los frutos del cacao menos valorados, puesto que los mejores estaban reservados a las clases pudientes, fraccionando y transportando el cacao por todo el Altiplano, sin alterar ninguna de sus múltiples ventajas.
Espera, te va a parecer súper interesante, pero los mayas creían que el chocolate podía curar dolencias del riñón o la fatiga… increíble, pero cierto.
Ya te he comentado que el chocolate que tomaban los antiguos pueblos no tiene nada que ver con la manera en que nosotros lo tomamos, y es que la evolución pasaba por obtener una bebida menos amarga de la que empleaban los prehispánicos.
No debió ser muy agradable la primera vez que Hernán Cortés bebió chocolate en México… aunque eso me parece poco para lo que perpetró después el susodicho, la verdad.
Cuando el chocolate llegó a la Corte de los Austrias, se empezó a endulzar con azúcar, miel e incluso leche. Los antiguos también utilizaban especias y los europeos empezaron a utilizarlas, aunque en menor medida y escogidas, siendo la canela la más utilizada. Hay cartas de la Infanta Margarita a su abuelo, el emperador del Sacro Imperio, Fernando III, en las que, previo al envío de cacao, le explicaba las bondades de tomar un chocolate en una tacita, gesto que se hacía en la corte española, pero aún no estaba en las otras de Europa.
Poco a poco, el chocolate fue conquistando Europa, llegando a ser una auténtica locura en la corte de los Borbones, previo y posterior a la Revolución. De los salones de la aristocracia, fue pasando, poco a poco, a todos los estratos sociales, endulzando el producto y, en algunas zonas, haciéndolo más ligero de consistencia.
¿Y sabéis que el árbol del cacao es muy delicado, muy suyo? Pues sí, no crece en grandes alturas y necesita sombra, además de una temperatura media de 18 grados. Además, su fruto no se puede recolectar a máquina, tiene que ser a mano, con la técnica del voleo: una malla en el suelo e ir azotando el árbol para que caigan sus frutos. También se tiene que abrir manualmente para extraer unas extrañas formas blanquecinas que han de fermentar y luego secarse. ¡Es muy laborioso!
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Y, por si fuera poco, es beneficioso para la salud y la belleza. ¡Sí, sí! Tiene muchos antioxidantes y magnesio, lo que lo hace un relajante muscular, además de potenciar la serotonina, que nos hace descansar y estar más contentos.
¿Qué tal si nos pedimos otra taza de chocolate? Nunca es demasiado…
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Última edición: 24.02.2025