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Eres brillante, eres preciosa, te mereces lo mejor

Olvida la idea de que tu cuerpo debería de lucir de otra manera solo porque alguien lo dijo, olvídate de esa basura que de alguna manera te ha hecho sentir avergonzado de cómo te ves.

Por Andy Reyes

brillante-preciosa.jpg Foto por The blank letter

Siempre me considere una adolescente fea, en la escuela siempre me lo hicieron saber. Yo en ese momento era más alta que algunos de mis compañeros de clase y también era demasiado delgada. Recuerdo que una compañera me dijo que yo era muy fea y que mi estatura no me favorecía para que se me considerara una chica “linda”.

No recuerdo exactamente en qué momento empecé a tener problemas con la comida, pero ese recuerdo en particular ha estado viviendo en mi mente por muchos años. Empecé a comer en exceso, mi plan era comer mucho para subir de peso y poder tener un poco de senos y caderas, ya que todas las chicas de mi clase tenían y yo no.

Con doce años, en cierta ocasión un chico de mi clase me dijo que en la escuela me llamaban el “perro”, eso me destruyo por completo. Al comer sentía que de alguna manera mis problemas se iban, subí más de 44 libras, no era feliz. La comida no era algo que yo disfrutaba, era algo que me causaba ansiedad pero aún así no podía dejar de comer, sentía la necesidad de comer para poder aliviar un poco mi dolor emocional.

Me hacían bullying en la escuela, no tenía amigos, mis notas eran malas; en algún momento pude bajar algunas libras, para poder ser aceptada en un grupo social de la escuela (al cual yo no quería pertenecer). Sentí que mi cuerpo ya no era el mismo, me daba mucha vergüenza verme al espejo .

La preparatoria fue aún más difícil, empece a consumir drogas, nadie me hablaba en clase, algunos compañeros hombres hacían dibujos de mi y se los pasaban entre ellos. Después de la fiesta de fin de semestre, unos chicos de la escuela compartieron en Facebook estados refiriéndose a mi aspecto físico, yo tenía sobrepeso y mi autoestima estaba por los suelos, porque como “gordas” intentamos no llamar la atención, no ser escandalosas, no tomar mucho espacio o incomodar con nuestro cuerpo.

Mi cuerpo era un lugar donde debía sentirme segura y sin embargo, para mí, mi cuerpo era el lugar donde estaba librando una batalla.

Cada día en la escuela se sentía como una clase especial del infierno, yo sentía resentimiento en el cuerpo en el que estaba, mi rostro me saludaba a diario y yo no podía ni verlo. Mi cuerpo era un lugar donde debía sentirme segura y sin embargo, para mí, mi cuerpo era el lugar donde estaba librando una batalla… así fue mi infancia y adolescencia.

Ciertamente, Instagram ha cambiado la forma en que vemos nuestros cuerpos, hay más diversidad, mas inclusión. Mujeres como Barbie Ferreira, Ashley Graham, Clémentine Desseaux y Venezia Cruz han cambiado la forma en que las mujeres vemos y percibimos nuestros cuerpos.

En el pasado nos vendieron la idea de lucir de cierta manera —de una manera muy específica— que ha dado lugar a que muchas mujeres se sientan inseguras con sus cuerpos. Y es que no se trata del peso, se trata de sentirse bien con uno mismo.

Sé que hay muchas adolescentes que en este momento se sienten así, inseguras de sus cuerpos; no sienten que sean suficiente y es muy duro tratar de agradar a todos porque, en última instancia, esto sólo te alejará de ti misma, de tus sueños y aspiraciones.

Es muy duro tratar de agradar a todos porque, en última instancia, esto sólo te alejará de ti misma.

Soy una mujer que se acerca a los 30, soy una mujer plus size que ha aprendido a amar su cuerpo en una talla 14 o en una talla 9 y saber que eso no me define, soy más que grandes senos, grandes muslos y abdomen grande.

Soy una mujer que no acepta validación de otra persona ni ofensas, soy una mujer que no necesita oír que necesita bajar más de peso para poder ser un “poco más linda” (recientemente alguien me dijo —¡Qué delgada te vez!—, pero creo que necesitas perder más peso para que te veas un poco “simpática”). No necesito la aprobación de nadie, solo la mía.

Olvida la idea de que tu cuerpo debería de lucir de otra manera solo porque alguien lo dijo, olvídate de esa basura que de alguna manera te ha hecho sentir avergonzado de cómo te ves. Tú eres hermosa tal como eres y a quien no le guste, que no mire, como dice Ashley Graham: “Eres brillante, eres preciosa. Hoy no puedes dejar que las palabras de otras personas te afecten. Te mereces lo mejor”.

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Última edición: 05.09.2020