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Hablamos de empresas conscientes, startups y más con Angie Ursic, co-fundadora en YEMA

Platicamos con Angie Ursic, Gerente de Producto Digital en YEMA, sobre cómo es trabajar en una startup y cómo sobrellevó el reto de hacer un cambio radical en su carrera profesional.

Por Karla Reyes

entrevista-angie-ursic-yema.jpg Foto por Cortesía

Hay una frase que dice “elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida” y, aunque quizás suene trillado, hay personas tan apasionadas de su profesión ¡que nos demuestran que puede ser cierto! Angie es una de ellas.

Angie Ursic Bedoya es Gerente de Producto Digital y co-fundadora en YEMA, el primer súper consciente de México que busca reinventar el consumo responsable y derrumbar los mitos del mercado de los productos conscientes, ofreciendo un catálogo a precios bastante accesibles.

Platicamos con Angie sobre su transición profesional, del mundo de las finanzas al de la tecnología, y sobre cómo es encabezar el área de producto digital de una startup en México.

Nombre: Angie Ursic Bedoya
Título: Gerente de Producto Digital y co-fundadora en YEMA

¿Nos puedes contar de qué se trata tu trabajo?

Soy Gerente de Producto Digital, eso quiere decir que me encargo de todo lo que está relacionado al desarrollo de productos digitales.

YEMA.mx es el portal de venta de todos nuestros productos. Queremos hacer que el consumo saludable y responsable sea más accesible a más personas, entonces queremos darte una experiencia de compra increíble y que sea súper fácil encontrar productos, filtrar todo nuestro catálogo buscando específicamente los atributos que son importantes para ti, si es que sigues algún tipo de dieta en especial (vegana, sin gluten…) o buscas productos libres de crueldad animal, por ejemplo.

Dentro de YEMA yo veo todo lo que está relacionado al desarrollo de esta plataforma, pero esta es una mínima parte de todo lo que hay detrás. Hay un equipo que hace el desarrollo de la plataforma y todos los sistemas que están detrás, que nos permiten ofrecer esa experiencia de compra increíble. También se asegura de que puedas tener una buena experiencia de compra en cualquiera de los otros lugares que puedes comprar YEMA, es decir en nuestros puntos de venta físicos y de entrega a domicilio.

Además llevo toda la definición de desarrollo de sistemas de software, que van a hacer que sea súper fácil tener la información de qué productos tenemos disponibles en tiempo real y en qué cantidades, en todos los canales en los que estamos vendiendo.

¿Qué querías ser cuando eras pequeña? ¿Te imaginabas haciendo algo como lo que haces ahora?

¡No, para nada! Estudié Negocios y Finanzas y mientras estaba estudiando estaba rodeada de personas que estaban apasionadas por el banco y los fondos de inversión, entonces mi sueño era trabajar en eso.

Empecé trabajando en un banco de inversión y después me fui a trabajar a un fondo de venture capital que invertía en pequeñas startups y fue justamente ahí donde me di cuenta que las finanzas no eran para nada lo que me interesaba, lo que me interesaba era trabajar con desarrolladores y diseñadores haciendo productos digitales.

¡Eso es lo que me encanta! Ha sido un cambio bastante fuerte, pero lo he amado desde el momento en que empecé a trabajar en esto.

¿Qué momentos o experiencias en tu vida crees que te llevaron a YEMA?

Creo que dos cosas fueron súper importantes: La primera fue empezar a trabajar desde el lado del inversionista. Yo era analista de inversiones y empecé a trabajar en proyectos y a meterme muchísimo más en las operaciones de empresas reales; ahí es donde empecé a trabajar con desarrolladores y diseñadores y me di cuenta que ese era el mundo en el que quería estar, trabajar con ellos es lo más estimulante que existe.

Por el otro lado, y lo que me llevó a YEMA más específicamente, fue descubrir lo que significa “emprendimiento social”. Fue justamente en mi último año de universidad que tomé un curso que se llamaba Impacto Social y Negocios. Recién estaba comenzando esa tendencia, era algo novedoso y no había muchas empresas sociales.

Conocí el concepto B Corp, que mezcla el impacto social con el negocio. La idea es hacer empresas que no solamente tienen como objetivo final generar valor para los accionistas y ser rentables, también quieren crear valor en la sociedad y el medio ambiente, y tienen objetivos muy claros en términos de cómo impactarlos de manera positiva.

Eso es algo que tengo muy presente. Siempre había creído que el mundo del impacto social estaba dirigido a las organizaciones sin fines de lucro o las ONG, y que las empresas estaban acá solamente para lucrar, para generar beneficios y ser rentables. De repente un profesor me estaba hablando de esta nueva manera de ver y hacer la cosas, de crear una empresa cuyo objetivo es generar suficiente valor económico para poder impactar a la sociedad y al medio ambiente.

Es ahí donde me di cuenta que eso es lo que quería hacer, trabajar en una empresa que pueda ser autosuficiente, que no necesite recaudar fondos para poder funcionar y que funcione a través de un modelo económico que tenga sentido, pero cuyo objetivo final sea tener un impacto positivo.

¿Qué técnicas o herramientas usas para ser productiva?

Toda la organización funciona con la metodología agile. No la aplicamos al pie de la letra, pero sí lo suficiente para siempre tener un seguimiento de qué es lo que estamos haciendo y siempre pensar en la priorización, cuando sabemos que tenemos recursos limitados de personas o tiempo que podemos dedicar a todo lo que estamos haciendo.

Algo muy puntual y concreto, por ejemplo, es hacer una llamada diaria en la que todas las personas de diferentes equipos hacen un repaso rápido de: en qué trabajé ayer, en qué voy a trabajar hoy y tengo o no algo que me esté bloqueando para avanzar.

Otra cosa que hacemos es una planeación de sprint (un periodo de dos semanas en el que vamos a definir todas nuestras tareas) cada dos semanas, para cada uno de los equipos. Creo que lo más importante de hacer este ejercicio, más allá de hacer en conjunto una lista de cosas por hacer, es que le dedicamos este tiempo a definir en conjunto qué es lo más importante para la empresa.

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¿Cómo ha cambiado tu rutina laboral este 2020, con el distanciamiento social?

En el equipo de tecnología siempre hemos hecho bastante trabajo remoto. Hay otros equipos dentro de YEMA que tenían la costumbre de hacer las cosas presenciales, pero que se han adaptado súper bien a mantener estas rutinas a distancia.

Creo que donde más nos está impactando el trabajo remoto es en la convivencia y el poder conectar sobre otras cosas que no sean solamente trabajo. Eso también es una cosa súper importante para nosotros, ¡y que ahora estamos valorando más que nunca!

Estamos todo el tiempo pensando en qué podemos hacer para mantenernos motivados, unidos y con la energía para seguir montando una empresa, porque todos los días surgen nuevos retos e imprevistos, sobre todo en este contexto en el que no sabes qué va a pasar mañana.

¿Qué haces para desconectarte en tus tiempos libres?

Leer cosas que no tienen nada que ver con el mundo real ni con el trabajo, me encanta la literatura latinoamericana. De hecho, me inscribí al Club del Libro de la editorial Sexto Piso y estoy recibiendo una cantidad de libros alucinante una vez al mes… ¡no me está alcanzando la vida para terminar de leerlos! Creo que eso es lo que más me ayuda.

¿Puedes contarnos sobre alguna debilidad en la que hayas tenido que trabajar en tu carrera, y cómo lo hiciste?

Creo que la transición a un mundo de tecnología y desarrollo de software, teniendo una formación de finanzas y negocios, fue una de las cosas más difíciles. Entender cómo funciona la tecnología, qué significa desarrollo de software, cómo hablar con un desarrollador.

Estoy convencida de que todas las mujeres podemos hacer lo que queramos. Aunque en el mundo del desarrollo de software me ha parecido doblemente difícil, porque es un mundo en el que todas las personas tienen años de experiencia y tienen un background súper técnico. Por otro lado, porque también hay pocas mujeres.

Ha sido una cosa de todos los días convencerme de que, puede que no haya estudiado esto, pero eso no quita que si le dedico tiempo, esfuerzo y dedicación a aprender más al respecto, podré entender a qué se refieren los desarrolladores cuando me hablan de cosas súper técnicas.

Convencerme a mí misma que, aunque sea un ámbito difícil, puedo lograrlo y no hay excusa para no hacerlo.

Mi formación y mi educación no se terminaron cuando terminé los estudios. Volver a estudiar y aprender un montón de cosas y convencerme a mí misma que, aunque sea un ámbito difícil, puedo lograrlo y no hay excusa para no hacerlo.

Creo que eso ha sido lo más difícil, no solo por la cantidad de cosas que he tenido que aprender, sino por aceptar que tenía que seguir aprendiendo y estudiando. Que mi educación no se había terminado y, que ganar ese lugar en donde quería estar, no iba a ser una cosa que me ponían en una bandeja de plata cuando ya tenía mis diplomas —o lo que se supondría que me tuviera que haber hecho la vida fácil— no era así.

¿Qué le aconsejarías a alguien que quiere trabajar en el mundo de las start-ups?

Es un lugar en el que hay que tener muchísima resiliencia, donde cambia todo súper seguido y muy pocas cosas están definidas a largo plazo. Hay que estar abiertos a cambiar de estrategia y aceptar que, las que eran tus responsabilidades ayer, puede que mañana dejen de serlas.

Es un mundo muy demandante en términos de flexibilidad y resiliencia. Me parece que, más allá de ser un atributo de la persona (ser flexible y resiliente), es algo que podemos desarrollar si es que estamos trabajando en algo que realmente nos importa y nos motiva.

Encontrar razones que no necesariamente son las que están escritas en una oferta laboral. No se trata de cuánto te van a pagar, cuántas horas al día vas a trabajar o cuántos días de vacaciones vas a tener, sino con quién y para qué vas a estar trabajando.

Creo que esas son dos preguntas que le aconsejo hacerse a cualquier persona que piense en trabajar en startups, porque hacen muchísima diferencia en el momento en el que tienes que encontrar la motivación para —otra vez— aceptar que hay un cambio, o que hay algo inesperado que está pasando.

botanas yema

Angie facts:

Película que puedes ver 1 millón de veces: Big Fish
Canción favorita: Space Oddity de David Bowie
Serie para maratonear: Rick y Morty
Tu libro favorito: Un mundo para Julius de Alfredo Bryce Echenique
Tu snack favorito: las papas deshidratadas con chile chipotle de YEMA.
Cuenta favorita de Instagram: Daniel Barreto es un ilustrador mexicano, me encanta todo lo que publica.
App que más usas: WhatsApp
Producto favoritos de YEMA: la crema de avellana

Te invitamos a conocer YEMA.mx, un e-commerce con cobertura de envíos a todo México. También pueder visitar una de sus dos sucursales en la Ciudad de México.

Última edición: 13.10.2020