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cortesía Flaked
Soy diseñadora de profesión, más allá de eso me considero una creadora apasionada ya que siempre trato de entregar lo mejor de mí en cada proyecto.
Durante un año difícil entrando en pandemia, logré terminar un Master Degree en Diseño a través de Nuevos Materiales en Barcelona, España. No fue una de las mejores experiencias, pero me dejó mucho aprendizaje.
Junto con una compañera del Máster desarrollé una investigación que llegó más allá de un entregable para la Maestría. Una investigación para la Universidad ISSEC en Portugal, aplicada al diseño, enfocada a descifrar el cómo hacer que un material proveniente de nuestros desechos tuviera una oportunidad de negocio.
Todo este paquete de conocimiento adquirido en Barcelona, lo traje de regreso a mis raíces con el objetivo de compartirlo y comunicarlo de una manera clara. Por ahora estoy impulsando la marca de flaked.
crédito: cortesía Flaked
Es por eso que me entusiasmé con la idea de compartir para The blank letter un poquito de mis pensamientos y emprendimientos. Dar a conocer a flaked, como una de las marcas de productos y/o servicios que apoyan al medio ambiente, a nuestra comunidad y además de origen mexicano.
Todos somos creativos, todos podemos crear.
Como lo platicaba con una amiga, todos somos creativos, todos podemos crear, el hacerlo depende mucho de nuestra curiosidad y seguridad en nosotres mismos. Creamos todos los días, desde cómo nos vamos a vestir y qué vamos a comer. Olvidamos que la esencia de un objeto, tiene que ver con la forma en la que se transformará, en su ciclo completo de vida, porque la materia no se destruye, sólo se transforma, decía Antoine Lavoisier.
¿Sacrificar nuestra comodidad por el balance dentro de nuestro entorno? Como dice Pierre Rabhi: “Esta sobriedad en la abundancia es una lección de nobleza”. Todo mal gasto estaba prohibido por la moral sagrada, pues se consideraba una ofensa a la naturaleza y los principios que la animaban.
Pensar que quizá regresemos al modo de vida basado en la moderación para salvarnos de una autodestrucción como especie humana, nos pone los pelos de punta.
Mi visión como creadora, me pone en el papel de impactar a la sociedad en la que me desenvuelvo positivamente por medio de proyectos que generen sorpresa en las personas, que les deje un mensaje que no pase desapercibido.
Desde la época de los 70’s se empezó hablar sobre el diseño sostenible, pero se veía como algo muy sui géneris en la sociedad y ahora es algo REAL en el día a día.
Influencias como Oscar Hagerman, conocido como el arquitecto del pueblo, Papanek, quien fue uno de los pioneros más influyentes del siglo XX del enfoque de un diseño social y ecológico que empezó en los años sesenta y Rosi Braidotti, filosófa y teórica feminista. Son algunos personajes a quienes admiro y son parte, día con día, de la esencia de mi trabajo.
crédito: cortesía Flaked
Mis metas como ser humano, son reducir mi huella de carbono en cada una de mis actividades, evitar lo que no necesito, reusar, hacer más con menos, compartir ideas y colaborar en proyectos que generen un impacto social y ayuden a mantenernos en armonía con el medio ambiente. Creo mucho en las colaboraciones multidisciplinarias.
Tengo voz y no voy a dejar de usarla, porque el futuro es sustentable, el futuro es inclusivo.
Cualquiera que tenga algo que decir, puede escribirlo en The blank letter. Publicamos artículos escritos por autores con diversas opiniones, que no necesariamente reflejan nuestra forma de pensar. ¿Tienes algo que contarnos? Da click aquí y descubre cómo.
Última edición: 12.07.2021
