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The blank letter
Una de las cosas que me preocupaban en esta cuarentena era subir de peso (y sí, estoy siendo un poco —demasiado— superficial) pero he vivido con sobrepeso los últimos tres años, debido a ocho operaciones que han dejado mi cuerpo un poco cansado.
Cuando en México se anunció el inicio de la cuarentena, lo primero que pensé fue: ¡Dios mío! ¡Aumentaré tanto de peso! Los primeros días de cuarentena no comí sano, hacía largos ayunos y mi cuerpo finalmente no pudo soportarlo más.
Por medio de Instagram conocí a Jenna, una chica realmente genial, ella estaba haciendo un reto que consistía en dos entrenamientos al día, el reto tenía como finalidad ayudarte a sentirte bien contigo mismo. Al principio, mi primer pensamiento fue que no lo lograría, pero desde el primer día me sentí muy bien.
Tengo que aceptar que mi objetivo principal era perder tanto peso como pudiera, pero algo cambió. El simple hecho de comer sanamente, de mantener mi cuerpo ocupado; perder peso ya era algo que estaba dejando en segundo término.
Ahora estaba haciendo algo para mí, no importaba cómo me vieran los demás, ahora sólo me importaba lo que veía de mí misma en el espejo y lo que mis ojos ahora veían. Era una mujer que se aceptaba a sí misma y que estaba aprendiendo a amarse.
Ahora estaba haciendo algo para mí, no importaba cómo me vieran los demás.
Una de las cosas que esta cuarentena me ha permitido hacer, es trabajar con mi seguridad y honestidad. Después de tres años, pude hablar por primera vez con alguien sobre aquella violación de hace tres años y ese alguien me ofreció su más sincera empatía. Supe que en ese momento mi voz podía ser escuchada y que por primera vez alguien me creería.
Las amistades que he hecho a través de Instagram sé que son reales, en especial mi amistad con Jenna, sé que el mundo está cambiando y que internet es una buena herramienta si se sabe usar correctamente y qué mejor que usarlo para conectar con otras personas, incluso de otros países.
Eventualmente la cuarentena terminará y las amistades que he hecho pueden o no durar, pero estoy agradecida de encontrarme en el camino con estas personas increíbles aunque también he fortalecido viejas amistades.
Pero seamos honestos, no todo el mundo puede quedarse en casa en esta cuarentena, mi padre es un inmigrante mexicano que trabaja en un restaurante en Texas, él no puede dejar de ir a trabajar, las cosas no funcionan así para los inmigrantes en América, por lo que está haciendo algunas entregas a domicilio haciendo lo mejor que puede para que mi familia y yo podamos quedarnos en casa.
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Última edición: 17.05.2020
