Hace tres meses decidí que era tiempo de buscar ayuda y canalizar mis emociones de una manera positiva. Pensé que buscar terapeuta sería algo fácil, pero no podía estar más equivocada.
Es por eso que Larissa Santos, psicóloga general egresada de la universidad Veracruzana, nos compartió algunos tips a considerar al momento de buscar terapeuta.
¿Cuándo debemos considerar ir a terapia?
Todxs podemos necesitar ver a un terapeuta en algún punto de nuestras vidas. También es verdad que existirán problemas o situaciones que emocionalmente nos abrumen pero podemos sobrellevarlos y no necesariamente requerir a un psicológo.
Sin embargo, para llegar a este punto, es importante identificar ciertos aspectos que marquen la diferencia y definan si requerimos: un enfoque en específico de intervención terapéutica, una asesoría, o tal vez tenemos la respuesta a la mano y podemos simplemente tomarla,cambiando nuestra rutina, dándonos un descanso, etc.
Usualmente mi respuesta ante esta pregunta es: en el momento en que aquello que te aqueja, perjudica tus actividades diarias como trabajar, ir a la escuela, comer, dormir, pasar tiempo con tu familia y amigxs y/o dejas de disfrutar aquello que antes te traía gusto y tranquilidad, etc.
Cuando el problema o la situación cruza niveles que son difíciles de manejar, es importante tomarnos un tiempo para reconocer que probablemente necesitamos de una guía psicológica.
En ocasiones también pasamos por situaciones dolorosas como pérdidas, ya sea la muerte de un ser querido, pérdida de trabajo, rupturas, entre otras que pueden necesitar nuestra atención y un apoyo para poder atravesarlas.
Otros casos incluso son cuando sentimos que perdemos el camino o el sentido de nuestra vida; una guía y la escucha pueden ser muy útiles, para recordarnos que está bien sentirnos perdidos y que no importa cuando comiences siempre hay tiempo para darle un re-significado a nuestra vida y objetivos.
De manera física, puedes llegar a experimentar nerviosismo, dolores de cabeza constantes, problemas gastrointestinales, insomnio, cansancio constante, entre otros. Son algunos de los síntomas, que nuestro cuerpo externa y puede significar que nuestra salud mental necesita atención.
Por otro lado, la American Psycholgycal Association nos recuerda que si en algún momento nuestra calidad de vida no es la que deseamos la psicoterapia puede ayudarnos y menciona señales más puntuales como:
- Tener un sentimiento abrumador y prolongado de desamparo y tristeza.
- Parece que tus problemas no se solucionan a pesar de tus esfuerzos y de la ayuda de familiares y amigos.
- Tienes dificultad para concentrarse en las tareas de tu empleo o realizar otras actividades cotidianas.
- Te preocupas excesivamente, esperas lo peor o estás constantemente nervioso.
- Tus acciones, como beber alcohol exageradamente, consumir drogas o ser agresivo, te están dañando a ti o a otras personas.
Sea la situación que estés pasando por ahora, es importante recordar que en ocasiones solemos naturalizar ciertos comportamientos, sentimientos, acciones y factores que inevitablemente nos afectan. Aprendemos a vivir con ellos, nos abruman y creemos que debemos vivir así siempre. Eso no significa que no tengan un valor, puedes encontrar una guía en el momento en que estés listx, no estás solx.
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¿Cómo podemos elegir un buen terapeuta?
Antes de comenzar con esta pregunta, es importante recalcar que buscaremos de unx buen terapeuta para NOSOTROS, esto quiere decir, que cada unx de nosotrxs encontrará una manera distinta de acomodarse a un especialista, es un proceso, que a pesar de que se realiza acompañado de un psicólogo, es individual y como tal, de acuerdo con nuestra necesidades y personalidad, debemos priorizar aquellos aspectos que hagan ese match entre paciente-terapeuta.
Al momento de comenzar nuestra búsqueda hay tomar en cuenta ciertos aspectos como:
1. Qué el terapeuta cuente con cédula profesional
Acorde a la Licenciatura en Psicología. Este es el primer paso, el terapeuta concluye la licenciatura para poder reconocerse como psicólogo.
2. De preferencia que cuente con una especialidad
Cada paciente, enfoque y tratamiento es diverso, posterior a la licenciatura un psicólogo pasa a ser terapeuta cuando realiza una especialización en dicha área.
Existen diferentes estudios y enfoques que un psicólogo elige para intervenir con cierta población y, de cierta forma, el psicólogo debe contar con otra cédula que ampare que está capacitado para impartir psicoterapia. Para obtener esta información no temas en preguntar al especialista sobre su formación.
3. Procura que cuente con perspectiva de género
Actualmente cada vez trabajamos por hacernos más conscientes del trasfondo de muchos de nuestros comportamientos o decisiones, también como es el trato de otras personas hacia nosotrxs.
La perspectiva de género en terapia es un aspecto de suma importancia, tristemente he llegado a conocer pacientes que me comparten cómo sus terapeutas les han juzgado por sus decisiones y actitudes ante ciertas situaciones. Por ejemplo, tuve una paciente que sufría de violencia de género, su pareja le golpeaba y maltrataba psicológicamente, al acudir ella a terapia se sorprendió por que el terapeuta en turno la culpabilizo de estar en esa relación violenta y fue juzgada por no “irse a tiempo” y actuar de cierta forma “provocando” así a su agresor. Aunque parezca increíble esto es una realidad.
En una esfera social patriarcal es importante como psicólogos aprender a identificar, diferenciar y responsabilizar de forma objetiva, sin revictimizar y siendo conscientes de que la culpa de la agresión es del agresor y no existe justificación.
Esto aplica no solo para casos como el que mencioné, sino en general al momento de intervenir, tomar en cuenta que existen los determinantes sociales que inevitablemente están fundados bajo el patriarcado y nos afectan a todxs. Tú terapeuta debe cuidar sus palabras y la dirección de las sesiones, si sientes que en lugar de sentirte mejor o ayudarte a hacerte más consciente te hace sentir más culpable, triste y angustiado, es probable que no esté siendo de ayuda.
4. No discrimina o te juzga
Anteriormente describí un ejemplo sobre un caso en el nos podemos encontrar siendo juzgados por nuestra terapeuta. Es importante tomar en cuenta las señales, usualmente tu terapeuta te “confrontará” y te ayudará a encontrar tu responsabilidad en tu caso, sin embargo, esto nunca es de manera pasivo-agresiva, grosera, discriminatoria, o dudando de la veracidad de tú testimonio.
Un buen terapeuta será empático. Usualmente nuestra intuición es lo más preciado y nunca se equivoca, si sientes que algo no va bien, cuestiona y considera la posibilidad de buscar otras opciones.
5. Procura la confidencialidad
Tú historia es valiosa y es confidencial. Que tu terapeuta asegure que todo lo que conversen en sesión se mantendrá en privado es esencial. Una de las excepciones puede ser si el paciente es menor de edad (si existe un tema que requiera extrema atención, el terapeuta debe comunicar a los tutores del menor).
6. Te sientes cómoda
Como se mencionó lo más importante en terapia es el/la paciente y su historia. Tú eres quien tiene la última palabra. Sigue tu intuición, no hay nada de malo en seguir buscando hasta encontrar al terapeuta que más se adapte a tus necesidades.
¿Cuáles son las dudas más frecuentes al momento de ir al psicólogo por primera vez?
“¿Qué debo hacer?”, “¿Debo hablar mucho?”, “¿Solo debo abordar un tema?”, son algunas de las preguntas más frecuentes que me han hecho en terapia o en general cualquier persona interesada en conocer un poco más. Si bien, existe nerviosismo (más si es tu primera vez) por tomar terapia, es importante que sepas que aquellas dudas que lleguen a ti, aquella inseguridad y temor es completamente normal.
Después de tomar la decisión de ir a terapia y te preguntas que debes hacer, la respuesta es un poco más sencilla de lo que parece.
Lo importante es que te sientas cómoda, ¿que debes hacer? Comentar con tu terapeuta sobre tu motivo de consulta, ¿por qué decidiste ir a terapia? Profundizar (si te sientes listx), llorar, reír, enojarte, frustrarte, etc. Todo aquello puede emanar en consulta, es normal y esperado. Cada persona lo procesa a sus tiempos, es tu espacio, un momento importante para ti. No hay reglas precisas.
Aunado a esto vienen preguntas como, ¿es necesario hablar mucho? Claro que no, en ocasiones puede que ni siquiera tengas de qué hablar y está bien, si sientes necesidad puedes pedirle a tu terapeuta terminar la sesión antes. ¿Solo debo abordar un tema? No, es casi imposible que toquemos un solo tema en terapia, si bien es verdad que se va a terapia en ocasiones por lo que nos duele o aqueja en el momento, puede que salgan más cosas a la luz que no hayamos notado durante las sesiones, dependiendo de qué manera aborde tu terapeuta sus sesiones, no temas preguntar y hablar sobre todo lo que necesita ser externado y abordado.
Otra pregunta que me han hecho es ¿Cuándo saber que ya terminé de tomar terapia? En esta parte hay muchos aspectos a tomar en cuenta, en primera, dependiendo de la forma en que trabaje tu terapeuta puede ser el/ella misma quien especifica la duración del plan de tratamiento. En otros ejemplos, no existe precisamente un momento “correcto para terminar” una forma de darte cuenta, es poner sobre la mesa si sientes que tu motivo de consulta ya es más fácil de manejar, ya no afecta igual y ya puede seguir con tus actividades diarias y básicas sin problema. Que tus objetivos en terapia se muestren realizados es una señal para poder concluir.
También puede suceder que tengas sentimientos encontrados y simplemente, te estancas y necesitas un break, ir a terapia también puede ser cansado, más si ya va un periodo largo.
¿Qué beneficios obtendremos al ir a terapia?
Existen innumerables beneficios de acudir a terapia. Es muy cierto que reconocer y resignificar la priorización de la salud mental puede cambiar tu vida.
Algunos de los beneficios son:
- Identificarás tu parte de responsabilidad en distintas situaciones (aquello que puedes controlar y lo que no).
- Reconocerás la importancia de expresarse, de la manera en que mejor te funcione, y como darle espacio y valor a esa emoción.
- Seguirás fortaleciendo tu autoestima, aprenderás o reforzaras herramientas para abordar conflictos.
- Te conocerás aún mejor.
- Te ayudará a mejorar tus habilidades sociales y de comunicación.
- Aprenderás a dejar de ser tan dura contigo misma.
- Sabrás que los “tropiezos” son normales y parte del proceso, siempre estarán presentes en tu vida, pero puedes vivir con ello.
- Reconocerás la importancia de situarte en el aquí y ahora.
- Reconocerás la importancia de una red de apoyo
- Física y mentalmente te sentirás mejor.
- Tus síntomas pueden ser manejados más fácilmente.
- Y mi favorita: saber que mostrarte vulnerable es normal, no te hace débil, tiene valor, es necesario y puede cambiar la relación contigo misma.
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Última edición: 12.10.2022