Ser adulto puede verse de manera diferente para cada persona. Sin embargo, existen ciertos eventos que pueden aportar solidez a la construcción de tu proyecto de vida, los cuales son importantes para caminar hacia la estabilidad que quieres y mereces tener.
¿Qué es buena idea lograr para materializar esa visión, financieramente hablando?
1. Abrir una cuenta bancaria
Suena obvio, pero, sin lugar a dudas, este es el primer paso para iniciarte en el manejo de tu dinero una vez que comienzas a percibir ingresos.
Es importante tener mínimo dos cuentas, una cuenta corriente, es decir, normal, en donde recibas dinero por el concepto que sea —dígase nómina, donativos de papá y mamá, tu domingo, etc.— y otra cuenta de ahorro, en donde separes una parte de tus ingresos que decidas no gastar para cumplir alguna meta específica y medible, ya sea a corto, mediano o largo plazo.
Como primera meta, establece comenzar a construir tu fondo de emergencia.
2. Tener un fondo de emergencia
Tu fondo de emergencia es el salvavidas que va a estar para ti en caso de que surja algún imprevisto. Es lo primero para lo que necesitas empezar a ahorrar una vez que comienzas a generar ingresos. Lo ideal, es que aportes 30% de lo que ganes mes con mes para comenzar a construirlo.
Si eres godín, tu fondo de emergencia debe equivaler, por lo menos, a 3 meses de tu sueldo mensual. Si eres freelancer, 3 meses de tus gastos fijos. Esto te va permitir cubrir tus necesidades en caso de que se presente alguna serie de eventos desafortunados.
Ojo, es sólo para emergencias, y todo lo que tomes, debes reponerlo. Para guardar tu fondo, te recomiendo instrumentos que te generen un rendimiento, es decir, un poco más de dinero. Esto es para que siga creciendo y no lo afecte tanto la inflación.
Una buena opción para ello, es el fondo BONDDIA de cetesdirecto. La idea es que tu dinero no se quede sentado en la banca y que, en caso de emergencia, puedas responder con ayuda de una tarjeta de crédito y posteriormente retirar ese monto de tu fondo para pagarla.
3. Contratar un seguro de gastos médicos mayores
Un seguro de gastos médicos es otro salvavidas. Todos estamos expuestos a riesgos diariamente, sin embargo, el riesgo de enfermarte o tener un accidente, se lo puedes pasar a una aseguradora. ¿Qué quiere decir esto? Cuando contratas un seguro, te comprometes a pagar una cantidad por él, conocida como “prima”. Este pago lo haces anualmente. A cambio de ello, la compañía va a responder por ti en caso de que se presente algún evento desafortunado y va a cubrir los gastos que esto implique.
Sin embargo, existe un pequeño gran detalle. Cuando necesitas utilizar tu seguro, tienes que desembolsar dos cantidades para que tu aseguradora llegue al rescate. La primera es el deducible y la segunda el coaseguro. De esta manera, tú y la aseguradora se “dividen” el costo del imprevisto, aunque claro, ella se encarga de la mayor parte. Es lo que tú vas a poner para que la compañía ponga el resto.
El monto del deducible lo eliges tú. Cada compañía tiene diferentes deducibles para elegir. El coaseguro, es un porcentaje del gasto que hace la aseguradora por lo que te pase. También te dan a escoger. Entonces, si tu deducible es de $10 mil y tu coaseguro del 10%, un día te da apendicitis y eso te cuesta $50 mil, la aseguradora dice “Ok, tú pones $10 mil de deducible. Ahora el gasto será de $40 mil. Sobre esa cantidad me darás el 10% de coaseguro y el resto lo pongo yo”. Esto significa que tu apendicitis te va a costar $14 mil. Eso sí, la regla es, todo lo que te ocurra por debajo de tu deducible lo vas a pagar tú, no lo va a cubrir el seguro.
Suena injusto, pero es una manera de que asumas responsabilidad del riesgo que está tomando la aseguradora al protegerte. La buena noticia, es que puedes escoger que el pago del deducible y coaseguro sea sólo por enfermedad. De esa manera, en caso de accidente, no pagarías nada.
Verte en la necesidad de cubrir estos gastos es uno de esos imprevistos para los que puedes utilizar tu fondo de emergencia.
💸Fun fact: entre más alto sean el deducible y el coaseguro, menor es el monto de la prima, es decir, lo que cuesta tu seguro. Suena bien, pero procura elegir un deducible y un porcentaje de coaseguro de acuerdo con tu capacidad de pago, o contar con ambas cantidades en tu fondo de emergencia si decides optar por esta opción.
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4. Ahorrar con propósito
Muchas personas no tienen el hábito de ahorrar porque creen que es guardar dinero nada más porque sí y dejarlo ahí para siempre. Entonces, prefieren gastarlo. Sin embargo, ahorrar va mucho más allá de eso.
Lo ideal es separar siempre el 30% de tu ingreso. Una vez que lo hayas hecho, pregúntate ¿Para qué voy a ahorrar? Llegados a este punto, todo comienza a tener sentido
Te recomiendo proponerte 3 metas: una a corto, mediano y largo plazo (esta última tendría que ser tu retiro, tu viejito del mañana te lo agradecerá), las otras dos, lo que tú quieras, el cielo es el límite. Por ejemplo: ir a un concierto, hacer un viaje, pagar una maestría, entre otras. Del 30% que separes, un 10% va a ir a cada una de esas metas.
De esa manera, comenzarás a ahorrar con propósito y no porque alguien te dijo que lo hicieras porque sí o porque “ahorrar es bueno” y ya. Hacer conciencia sobre tus “para qué” le dará la vuelta a tu perspectiva acerca del ahorro.
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5. Tener una tarjeta de crédito
Tener una tarjeta de crédito en este punto, te permitirá aprender a financiarte inteligentemente y comenzar a construir tu historial para acceder en el futuro a otros créditos que te permitan cumplir sueños aún más grandes, como comprar una casa o un departamento. Es una excelente herramienta, siempre y cuándo entiendas cómo funciona y la uses responsablemente, pues no es dinero gratis.
Elige una tarjeta que te ofrezca beneficios acorde con tu estilo de vida. Por ejemplo, si eres una persona viajera, lo ideal sería optar por alguna que te de millas a cambio de cada compra que realices.
6. Comenzar a invertir
Una vez que hayas priorizado tu ahorro y construído tu fondo de emergencia, es momento de comenzar a invertir para hacer crecer tu dinero y lograr tus metas. No existe la inversión perfecta, la mejor opción dependerá de tu perfil, es decir, qué tan dispuesto estás a arriesgarte.
Si eres primerizo o conservador, sin duda, te sugiero escoger inversiones de renta fija, es decir, aquellas que tienen un rendimiento conocido, por ejemplo, los cetes (Certificados de la Tesorería de la Federación). Cuando inviertes en cetes, le prestas dinero al gobierno para que lo utilice en infraestructura y otros proyectos a nivel nacional. A cambio, se compromete a devolverte ese dinero más algo extra, es decir, un rendimiento. Puedes invertir en ellos a través de cetesdirecto desde $100.
Estos son algunos pasos para avanzar hacia tu independencia financiera. Recuerda que cada proceso es diferente, es completamente válido ajustar y redireccionar. Las finanzas personales no son lineales y cambian conforme tú lo vas haciendo.
La mejor decisión siempre será aquella que te permita expandirte y comenzar a construir tu vida en tus propios términos.
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Última edición: 02.12.2022