Recientemente me encontraba a mi misma en un día casual, con mi cabello despeinado, con los rizos alborotados, recordando como hace algunos ayeres detestaba aquellos bucles.
De mis 12 años hasta los 15 mi mente sufrió los estragos de incesantes palabras y burlas hacia mi. Dentro de mi mundo había desequilibrios tanto familiar como social, por lo que en ese momento fue muy solitario mi camino.
Fue un camino el cual se me hizo eterno, donde personas a mi alrededor hablaban sobre mi aspecto físico siempre, sobre todo de mi cabello. Mi familia siempre me había dicho que mi cabello era hermoso, pero pudo más en mi los comentarios de extraños en mi salón de clase. Extraños que apenas sabían mi nombre
Apodos hirientes, burlas incesantes, días incómodos donde el miedo y la paranoia me perseguían. Donde no podía confiar en mis profesores. Me sentía tan desprotegida, incapaz de poder contarles a mis padres la situación por miedo a que todo empeorará.
Tantas burlas, no solo de mi aspecto físico, aún recuerdo claramente los comentarios: “Que nerd”, “Qué tonta”, “Qué fea”. Entre más palabras altisonantes. Burlas, rechazos, golpes e incomprensión.
Tanto tiempo lidié con eso, y tanto tiempo me culpaba por no saberme arreglar más, tanto tiempo soñaba con ser parte de ellos, pero no me sentía bienvenida. Yo era una extraña en un mundo que desconocía. Agradezco infinitamente la burbuja en la que me pusieron mis padres para tratar que el mundo no me dañara, pero a la larga puede que me haya afectado.
¿Aprendí? sí, aprendí. Pero antes de lograr ver algún aprendizaje, pasé por una etapa de tanto odio, ira, irritabilidad, contra mí y contra todos. Pasé a ser tan pesimista por todo. Odiaba todo y pensaba en acabar con todo para solucionar mi dolor.
Claro, es duro ver a una persona que te hizo tanto daño que le salga bien todo en su vida. Y mientras eso pasaba me seguía hundiendo y alejándome del mundo. Me aislé
Cuento esta historia porque espero ayudar a alguien con estas palabras. No pretendo ser una terapeuta, pero me gustaría darle la esperanza que yo no tuve en su momento. A lo largo del tiempo perdonarlos y perdonarme a mí no fue una tarea fácil, al contrario. Fue toda una aventura de altos y bajos. Entre ellos, lo que yo consideraba mi mayor problema: mi cabello.
Con mi cabello hice de todo, menos amarlo. Lo alacié, lo jalé, lo arranque y lo corté, todo para poder encajar un poco más con el mundo que me rodeaba. Por un poco de aprobación social.
Con el tiempo fui yo, quien con ese odio en mi interior me propuse amar mi cabello (más a la fuerza que nada, jaja). Así mi travesía comenzó haciéndome mascarillas con comida, me ponía miel, aguacate, o cualquier cosa que pudiera servir. En este camino me encuentro con una Youtuber, Adriana Lumina, que en su momento fue de las pocas influencers de cabello rizado que conocía, y seguía tanto sus rutinas, y al ver cómo ella amaba su cabello, poco a poco fui aprendiendo a amar el mío. Como cada proceso, pasé de ser estricta con el Curly Girl Method, y con el tiempo me fui relajando un poco más.
Foto por Miriam Alonso
Puedo decir que hoy en día amo mi cabello, pero es cierto que aún tengo estragos de aquellas burlas que recibí. Años en terapia y aún no termino de borrar esas palabras, parece que se tatuaron en mi mente. Y aún después de todo, aquí estoy. Poco a poco fui saliendo de aquel abismo en el cual me vi forzada a estar. Comprendiendo que tal vez, aquello que llevó a mis verdugos a ser así conmigo, tal vez ellos también lo estaban experimentando de otra forma, de ninguna manera busco eximirlos del daño que causaron, pero creo que ya con más edad puedo ver que tal vez también estaban dañados, o tenían miedo que los llevaron a portarse así.
Puedo decir que ha sido una gran experiencia de aprendizaje, que si bien me hicieron ser la persona que hoy soy, no sé qué tanto me habría gustado vivirlo, para aprender de mi.
Veamos, cosas que aprendí del bullying:
- Muchas veces las personas reflejan sus propias inseguridades en otros y se portan de la única forma en la que saben reaccionar.
- En esos momentos algo bueno es priorizarse a sí mismo, amarse lo más posible. La única persona con la que vas a estar el resto de tu vida es contigo mism@.
Realmente espero que alguien se sienta inspirado y que no dude en conseguir actividades, o una red de apoyo que los pueda ayudar. No soy una experta, hablo desde mi experiencia. Y en este sentido, mi cuerpo, mi persona, por fin se volvieron mi asunto. Sentirme libre de salir despeinada o no, sentirme sin nudos en el cabello ni en la garganta.
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Última edición: 20.01.2025