wellness

30 y no te encuentras

De cuando cumples 30 y te das cuenta que todas expectativas que tenías sobre tu vida a esta edad, están muy alejadas de tu realidad.

Por Natalia Bargués

30-no-te-encuentras.jpg Foto por Ivan Samkov

En tu tierna infancia, tenías claro dónde estarías cuando fueras mayor: estarías trabajando, tendrías tu casa, un perro (no olvidemos el perro), una pareja y tal vez un hijo o dos. Luego llegas a los 30 y dices: “Hola, ¿Dónde estoy? ¿Dónde está todo lo que me prometí?”

La realidad te aplasta con todo su esplendor. Y no eres la única, no, tranquila. De repente decides que todo lo que has hecho hasta ahora no es lo que te representa y quieres cambiar, pero sientes que es tarde, que llegas tarde. Tienes 30, ya eres un fósil prácticamente y cambiar de profesión no es una opción.

Atrás ha quedado esa niña que fantaseaba con eso. ¿Dónde esta mi casa? ¿Y mi trabajo de ensueño? Creo que lo único que tengo es el perro (y el gato) y menos mal de eso.

Ahora, a los treinta, exiges que te devuelvan el dinero. Lo que te habían prometido no se ha cumplido. ¿El ticket sigue siendo válido? ¿Puedes cambiar de vida? ¿Puedes volver atrás en el tiempo y empezar otra vez? Me temo que no. Que no puedes cambiar. El punto en el que te encuentras es tu nuevo punto de partida.

Y cuando te sueltan ese maravilloso comentario: “Se te va a pasar el arroz”. No todo es un risotto en esta vida, el arroz hervido que me hacía mi abuela era maravilloso. Nadie lo hacía como ella.

¿Un hijo ahora? No, gracias. Imposible. No puedo cuidar de mí misma como para cuidar de otro ser humano. Y es que puede que aún no sepas si quieres ser madre o no. Lo único que sabes es que no es el momento, nunca lo es. No estás estable tú, ¿cómo pretendes sacar un niño adelante?

Aún vives con tu madre o estás obligada a compartir piso con más gente porque los precios de las viviendas son indecentes, casi obscenos. No es viable. Si quieres comprarte una casa por ti misma, vete olvidando, pues la sociedad de hoy en día te está literalmente obligando a tener que compartir todo. Comprar todo a medias es la única solución viable que se te presenta. Y si no quieres comprar a medias, ¿qué pasa? Pues que o tienes un sueldo increíble o no puedes. Y eso es tan difícil hoy en día.

Así que ya tienes aún más trabajo y presión añadida: encontrar pareja, afianzar la relación y jugártela a comprar a medias una propiedad con una persona con la que puede que mañana no estés y que haga que tu castillo de naipes se derrumbe y vuelvas de nuevo al punto de partida. Suena catastrofista, ¿verdad?

Y cuando ves que la gente a tu alrededor sí que tiene claras las cosas y tiene todo lo que tu querías puede que hasta sientas una ligera envidia. Una punzada sutil muy en el fondo de tu corazón.

Es gracioso porque crecemos con unas ideas impuestas por la sociedad, e irónicamente, es la propia sociedad la que te impide alcanzarlas.

¿Cuál es el propósito de este plan maligno? ¿Generar una población joven y frustrada con la vida? ¿O generar robots que con tal de conseguir esa meta estén dispuestos a trabajar horas indignas por un sueldo aún más indigno?

Pero no todo son malas noticias. Ahora que eres consciente de que lo que pensabas que querías no era realmente eso, puedes encaminarte hacia la dirección correcta. Pasando por una profunda crisis existencial que te hará plantearte tu vida entera, por supuesto.

Hay que entender que cada uno tiene su propio timing en la vida, sus propias vivencias, sus propias experiencias, y todo eso tiene que pasar cuando toca. Puede que la gente a tu alrededor no haya tenido crisis existenciales, no esté atravesando una, o lo escondan muy bien. O puede que no se lo planteen y ellos sean felices con lo que tienen, con eso que tú llamas conformismo. ¿Pero no es acaso el conformismo bueno si esas personas no viven en una completa amargura como tú?

Vamos a tomarnos un respiro un momento.

En vez de quedarnos atrapados en ese ciclo de expectativas insatisfechas y regodearnos en nuestra miseria lo que hay que hacer es reeducar nuestra mente y liberarse de estas cadenas absurdas que nos han impuesto.

Tu camino es tuyo y debes abrazarlo tal y como es.

Y habrás leído cientos de veces que nunca es tarde para hacer algo y es cierto, pero tu mente ha cambiado de dirección y es normal que sientas que todo lo anterior es una pérdida de tiempo.

Pero realmente, si lo juzgas con ojos objetivos, te darás cuenta de que en realidad no era una pérdida de tiempo, pues todas esas vivencias y experiencias son las que han hecho que al final decidieras cambiar de camino. Si no hubieras perdido el tiempo con todo lo demás, no estarías donde estás, estarías en otro punto completamente diferente. Y quién sabe si ese punto sería mejor o peor, eso no lo podemos saber, no lo podemos controlar por lo tanto no nos vamos a marear. Lo único que podemos controlar es el presente y está en nuestra mano, ahora que somos conscientes, crear el futuro que queremos.

No estás sola, muchos de nosotros nos sentimos presionados por estas absurdas expectativas y luchamos diariamente pasando desapercibidos. Recuerda que aquel que sonríe todo el día puede estar escondiendo un dolor muy profundo bajo esas capas de felicidad forzada.

Si encontraste ya tu propósito en la vida ya tienes medio camino hecho.

No será fácil, requerirá tiempo y esfuerzo, eso es así, pero tienes los recursos y la capacidad para hacer lo que tienes que hacer. Tardarás más o menos, pero si tienes la meta en mente y das un paso tras otro sin perder de vista tu objetivo estoy segura de que llegarás.

Este proceso puede generar mucha ansiedad y confusión, pero tengo un truco para cuando veo que mi mente intenta despistarme con pensamientos intrusivos del tiempo limitado del que dispongo.

Es simple. Para. Respira y redirige tu mente hacia el siguiente paso que tienes que dar. Un paso pequeño. Y toma acción. Cada día que pase ganarás puntos de experiencia en ese nuevo sector que esta vez crees que es el definitivo. No perderás el tiempo y te irás acercando a tu destino y pronto, sin darte cuenta, en tu mente sonará la voz de Google Maps diciéndote: “Has llegado a tu destino”.

Cualquiera que tenga algo que decir, puede escribirlo en The blank letter. Publicamos artículos escritos por autores con diversas opiniones, que no necesariamente reflejan nuestra forma de pensar. ¿Tienes algo que contarnos? Da click aquí y descubre cómo.

Última edición: 20.07.2023